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jueves, 27 de noviembre de 2014

ENSAYOS SOBRE SIMÓN RODRÍGUEZ

Nailes Gómez

Simón Rodríguez, ¿Quien fué?, la respuesta mas rápida es, el maestro de Simón Bolívar, sin embargo es mucho lo que se puede decir de este gran hombre. Al investigar sobre el se conocen muchas cosas importantes dignas de ser mencionadas.

Simón Narciso de Jesús, nació en Caracas, Venezuela, la noche del 28 de octubre de 1769, sin padres conocidos, criado en casa del sacerdote Alejandro Carreño. Su madre Rosalía Rodríguez era hija de un propietario de haciendas y ganado, descendiente de canarios. En mayo de 1791 el Cabildo de Caracas le da un puesto como profesor en la Escuela de Lectura y Escritura para niños, en esta escuela tiene la oportunidad de ser el tutor del futuro Libertador Simón Bolívar. Dos años después, tras fugarse el niño Bolívar de la casa de su tutor, es enviado a casa de su maestro Simón Rodríguez quien se encargará definitivamente de su formación. Durante este tiempo Rodríguez fue ganado a la causa independentista debido a la lectura de los pensadores de la Ilustración; por lo que en 1797 se vincula al proyecto de emancipación inspirado por el pedagogo mallorquín Juan Bautista Picornell, en asociación con los venezolanos Manuel Gual y José María España. Luego del descubrimiento y fracaso de esta primera tentativa revolucionaria, Rodríguez es expulsado de Venezuela, adonde no regresará jamás.

En 1797 luego de su salida del país, se traslada a Kingston, Jamaica, y cambia su nombre a Samuel Robinsón, después de permanecer algunos años en los Estados Unidos, viaja a Francia (1801). En 1804 se encuentra allí con Simón Bolívar, de quien había sido maestro cuando niño. Juntos realizan un largo viaje por gran parte de Europa. Son testigos presenciales de la coronación de Napoleón Bonaparte en Milán como Rey de Italia y de Roma. Es testigo del famoso juramento de Bolívar sobre el monte Sacro, en donde profetiza que liberaría a toda América de la corona española, y lo registra para la historia. Regresa a América en 1823, usando el nombre de Simón Rodríguez nuevamente. En Colombia establece la primera escuela-taller en 1824. Atiende al llamado hecho por Bolívar desde el Perú y es nombrado “Director de la educación Pública, Ciencias, Artes Físicas y Matemáticas” y “Director de Minas, Agricultura y Vías Públicas” de Bolivia.

En 1826, establece una segunda escuela-taller como parte del proyecto para toda Bolivia. Pero el Mariscal Antonio José de Sucre, presidente de Bolivia desde octubre de 1826, no tenía una buena relación con él, por lo que Rodríguez dimitió el mismo año, trabajando el resto de su vida como educador y escritor, viviendo alternadamente entre Perú, Chile y Ecuador.

En 1830 aparece su libro "El Libertador del Mediodía de América y sus compañeros de armas, defendidos por un amigo de la causa social", el cual era un alegato a favor de Bolívar. En septiembre de ese año circula su ensayo científico "Observaciones sobre el terreno de Vincocaya", en el cual destaca aspectos sobre la conservación de la naturaleza, la economía y la sociedad. Aunque no existen datos precisos al respecto, es probable que en 1831 hubiese contraído nupcias por segunda vez en Perú con Manuela Gómez. De Lima se traslada en 1834 a Concepción (Chile) y acepta la dirección de una escuela. Allí publica su libro "Luces y virtudes sociales" ese mismo año. Seguidamente se edita en la misma ciudad el Informe sobre Concepción después del terremoto de febrero de 1835. Tras visitar Trilaleubu y Monteblanco (1836) y Tucapel (1837), Rodríguez se encuentra por segunda vez con Andrés Bello, en Santiago de Chile. En Valparaíso reedita "Luces y virtudes sociales" (1838) y pública artículos en el periódico El Mercurio.

En 1842 se encuentra en Lima, donde reedita su obra "Sociedades americanas" publicada en 1828. Un año después emprende un viaje con destino a Ecuador, ocurriendo a su paso por el puerto de Paita (Perú) una entrevista entre él y Manuela Sáenz, ésta anciana y próxima a morir. A Ecuador llega a fines del mismo año, visitando Guayaquil, Quito y residiendo luego en Latacunga donde dio clases en el colegio San Vicente.

En los años finales de su vida Rodríguez va a Guayaquil, donde se perderá buena parte de su obra en un incendio ocurrido en dicha ciudad. En 1853 emprende de nuevo viaje al Perú, lo acompañan su hijo José y Camilo Gómez, compañero de éste; será Gómez quien lo asistirá en el momento de su muerte ocurrida en el pueblecito de Amotape. Setenta años después de su deceso, sus restos fueron trasladados al Panteón de los Próceres en Lima, y desde allí, al siglo justo de su fallecimiento, fueron devueltos a su Caracas natal, donde reposan en elPanteón Nacional desde el 28 de febrero de 1954.


Ytalo Velásquez


INTRODUCCION 

El siguiente ensayo se realizará sobre la vida y obra del Gran Maestro SIMON ROGRIGUEZ ya que fue un ser quien ayudó a nuestro Libertador en su formación y educación desde muy joven. Figura fundamental de las primeras luces del pensamiento latinoamericano.

Con ello quiero poner a la disposición de ustedes, una selección corta dela Biografía de este gran hombre, donde presentó su valioso trabajo, como filósofo y pedagogo venezolano. En las siguientes líneas podremos observar las costumbres que forman una educación social y que producen una autoridad pública, no una autoridad personal. Este hombre se preocupaba no por enseñar solamente, sino por que se instruyeran muchos otros, también se vera la diferencia entre el bien particular y el bien común, como se aprendió a conocer la educación republicana para ese entonces, y no con tan solo eso, se dio a conocer la magnifica educación hoy día. 


Simón Rodríguez nació en Caracas el 28 de octubre de 1769. Pedagogo, pensador filosófico, escritor de densas obras de contenido histórico y sociológico, y conocedor a fondo de la sociedad hispanoamericana. Fue maestro y mentor del Libertador Simón Bolívar. 

Hijo expósito de doña Rosalía Rodríguez, la humillación por ser niño expósito tuvo que soportarla integra de niño, de adolescente y de joven. Muy tierno recibió la protección y cuidados del sacerdote Rodríguez, hermano de su madre Rosalía. Instruido inicialmente en una escuela de la ciudad, obtuvo del Municipio de Caracas el título de Maestro de Primaria, a los veinte años. En junio del 1793 se casa con María de los Santos Ronco. 

Fundó escuelas normales en Chuquisaca y Cochabamba, en la lejana Bolivia, con la misma mística que solía poner de manifiesto en sus discusiones filosóficas en las logias de Francia y los Estados Unidos 

Inquieto, estudioso del pensamiento revolucionario de Juan Jacobo Rousseau, participó en el movimiento revolucionario de Manuel Gual y José María España, ambos destacados dirigentes masones. Debido a esto en 1797 salió de Venezuela. Temía no sin razón que los realistas lo mandaran a la horca. Para viajar sin peligro de ser arrestado, se puso el nombre de SAMUEL ROBINSON. 

Años antes, había sido el maestro de un niño, que con el correr de los años sería el Libertador de cinco naciones, enseñándole el valor de la libertad, la importancia de la justicia y el significado de la autodeterminación. A ese niño le inculcó el amor a Venezuela y la necesidad de rebelarse contra la opresión. 

De Venezuela salió por el puerto de La Guaira, embarcándose rumbo a Jamaica. Allí estudió inglés, partiendo después a Filadelfia. En los Estados Unidos residió algún tiempo, viajando más tarde a España, Francia y Austria. En Viena consiguió un buen empleo que alternaba con su visita a la surtida biblioteca del reino. 

En Francia se encontró con su antiguo discípulo, el joven Simón Bolívar. Juntos recorrieron varios países. Presenciaron emocionados la coronación de Napoleón Bonaparte y fueron a Roma. Cuando llegaron al Monte Sagrado, emocionado por los relatos épicos de su maestro y amigo, Bolívar pronunció su famoso juramento, tan comentado por los historiadores. 

Al cabo de veinte años de ausencia en diferentes países europeos, Simón Rodríguez volvió a Sur América. 

Simón Rodríguez fue uno de los intelectuales americanos más importantes de su tiempo, destacando por su profundo conocimiento de la sociedad hispanoamericana, el cual posteriormente trasmitirá a Simón Bolívar al desempeñarse como su maestro y mentor. 

Rodríguez quería que la educación, en Venezuela y América, se impartiera con calidad, en torno al desarrollo personal de los individuos, su capacidad de comprender y analizar la sociedad en la que viven, su desarrollo humano y personal en el contexto del desarrollo social y comunitario inspirado en principios y valores como la igualdad, la equidad, libertad, emancipación social y humana. Una educación que permita a cada uno desarrollar a plenitud sus talentos y construirse como persona y ciudadano solidario y productivo. Que le enseñe a ser, a convivir, a aprender y a trabajar. En fin, una educación que le enseñe a cada individuo crecer y desarrollarse como persona y a preocuparse por su entorno social, que le enseñe los valores y principios de su sociedad. Formar individuos que enfrenten al mundo valiéndose de sus destrezas y habilidades. Formar personas pensantes que no se valgan solo de la memoria y por ultimo que se les enseñe a trabajar y a valorar su trabajo. Y con estas bases se contrita una genuina Educación de Calidad. 

Rodríguez estaba convencido de que era urgente emprender un proyecto educativo diferente que, pues bajo retórica e principios y proclamas, seguía intacta la vieja estructura de servidumbre. La independencia no había desmantelado el viejo orden colonial, para ser eficaz este proyecto educativo tenía que ser propio, original, hecho en la propia entraña americana. 

El fin primordial de la educación es formar ciudadanos y es por eso que todos deben tener acceso a ella, ya que, como decía Rodríguez "sin educación popular no habrá verdadera sociedad…". Esta educación debe estar vinculada a la solidaridad que se expresa en las múltiples y pequeñas dimensiones del vivir y convivir diario. 

Para tener personas y auténticos ciudadanos, debemos superar la pobreza y profundizar la democracia, y esto requiere de un proceso simultáneo. 

La democracia se puede construir dependiendo de nuestra actitud, de nuestra voluntad, de nuestra voluntad de cooperación, de nuestro respeto, de nuestra responsabilidad, de nuestra solidaridad. Podemos hacer una escuela y una universidad diferente, de docentes, de administrativos, de representantes y comunidad que tengan en su horizonte los intereses de la mayoría y la construcción y vivencia de la genuina democracia. 

Finalmente muere en Amotape, una aldea del norte peruano, el 28 de febrero de 1854.


David Vera

Son tan limitados nuestros conocimientos acerca de Simón Rodríguez, que cuando escuchamos hablar de él lo primero que decimos "fue el maestro del libertador", porque es lo único que conocemos de la vida de este gran hombre. Quizás nos imaginamos que toda su vida estuvo dedicada a la enseñanza de Bolívar o que pasó su vida enseñando como un simple maestro. Pero no fue así. Rodríguez pasó su vida enseñando luchando por cambiar el sistema educativo de Venezuela y América, que estaba aún bajo los vicios y mentalidad colonial, aunque ya vivíamos en una América libre. Aunque no pudo cambiar las cosas, sus ideas y pensamientos son de nuestro tiempo porque fue pronunciada con una carga de porvenir que solo podía nacer de un profundo conocimiento de las necesidades de su tiempo. Ahora cuando la educación se debate en una profunda crisis, debemos volver los ojos a Rodríguez y retomar su pensamiento y aplicar los cambios necesarios.

Simón Carreño Rodríguez nació en Caracas el 28 de octubre de 1769, fue bautizado el 14 de noviembre de 1769 como un niño expósito (dicho de un niño, abandonado o cedido para su adopción a un orfanato), fue criado en casa del Sacerdote Alejandro Carreño, tomando su apellido y es conocido como Simón Carreño Rodríguez.

Simón Rodríguez también es conocido como el maestro y consejero del Libertador Simón Bolívar, conocedor de la sociedad hispanoamericana, fue pedagogo, pensador filosófico, escritor de obras de contenido histórico y sociológico.

Para mayo de 1791 con 21 años de edad, el Cabildo de Caracas le concede un puesto como profesor en la “Escuela de Lectura y Escritura para niños”, donde tiene la oportunidad de ser el tutor de Simón Bolívar.

En 1794 presentó un escrito crítico “Reflexiones sobre los defectos que vician la escuela de primeras letras en Caracas y medios de lograr su reforma por un nuevo establecimiento”.

Su participación en la conspiración de Gual y España en contra de la corona española en el año de 1797, lo obliga a dejar el territorio venezolano.

Viaja a Kingston, Jamaica, donde cambia su nombre a Samuel Robinsón, y después de varios años en los Estados Unidos, viaja a Francia en el año de 1801, ya para el año de 1804 se encuentra con el Libertador Simón Bolívar y juntos realizan un largo viaje por Europa.

Simón Rodríguez y el Libertador Simón Bolívar, son testigos presénciales de la coronación de Napoleón Bonaparte en Milán, como Rey de Italia y de Roma, también es testigo del juramento de Simón Bolívar sobre el Monte Sacro.

Entre los años de 1806 y 1823, se hospeda en Italia, Alemania, Rusia, Prusia y Holanda.

Ya para el año de 1823, regresa a América usando nuevamente el nombre de Simón Rodríguez, en el año de 1824 en Colombia establece la primera escuela taller.

Atendiendo el llamado de Simón Bolívar desde el Perú es nombrado “Director de la educación Pública, Ciencias, Artes Físicas y Matemáticas” y “Director de Minas, Agricultura y Vías Publicas” de Bolivia.

En el año 1826, establece una segunda escuela taller en Bolivia, pero el Mariscal Antonio José de Sucre, quien era presidente de Bolivia, no tenía buenas relaciones con él, por lo que Simón Rodríguez renuncio el mismo año, dedicándose el resto de su vida como educador y escritor, viviendo entre Perú, Chile y Ecuador.

Su trabajo titulado Sociedades Americanas, es muy importante en la necesidad de buscar soluciones propias para los problemas de Hispanoamérica y está dividido en varias ediciones publicadas en Arequipa (1828), Concepción (1834), Valparaíso (1838) y Lima (1842).

Otra obra de gran importancia es “El Libertador del Mediodía de América y sus compañeros de Armas” en 1830, un alegato sobre la lucha social que emprendía Simón Bolívar en esa época.

Simón Rodríguez murió en Amotape, Perú, el 28 de febrero de 1854, sus restos fueron trasladados desde el Panteón de Perú en 1954 al Panteón Nacional de Caracas, Venezuela.

Rodríguez quería que la educación, en Venezuela y América, se impartiera con calidad, en torno al desarrollo personal de los individuos, su capacidad de comprender y analizar la sociedad en la que viven, su desarrollo humano y personal en el contexto del desarrollo social y comunitario inspirado en principios y valores como la igualdad, la equidad, libertad, emancipación social y humana. Una educación que permita a cada uno desarrollar a plenitud sus talentos y construirse como persona y ciudadano solidario y productivo. Que le enseñe a ser, a convivir, a aprender y a trabajar. En fin, una educación que le enseñe a cada individuo crecer y desarrollarse como persona y a preocuparse por su entorno social, que le enseñe los valores y principios de su sociedad. Formar individuos que enfrenten al mundo valiéndose de sus destrezas y habilidades. Formar personas pensantes que no se valgan solo de la memoria y por ultimo que se les enseñe a trabajar y a valorar su trabajo. Y con estas bases se contrita una genuina Educación de Calidad.

En esta primera dimensión está orientada a formar y educar para formar persona y auténticos ciudadanos, con una educación en los valores de la convivencia.

Rodríguez estaba convencido de que era urgente emprender un proyecto educativo diferente que, pues bajo retórica e principios y proclamas, seguía intacta la vieja estructura de servidumbre. La independencia no había desmantelado el viejo orden colonial, para ser eficaz este proyecto educativo tenía que ser propio, original, hecho en la propia entraña americana.

El fin primordial de la educación es formar ciudadanos y es por eso que todos deben tener acceso a ella, ya que, como decía Rodríguez "sin educación popular no habrá verdadera sociedad…". Esta educación debe estar vinculada a la solidaridad que se expresa en las múltiples y pequeñas dimensiones del vivir y convivir diario.

Para tener personas y auténticos ciudadanos, debemos superar la pobreza y profundizar la democracia, y esto requiere de un proceso simultáneo.

La democracia se puede construir dependiendo de nuestra actitud, de nuestra voluntad, de nuestra voluntad de cooperación, de nuestro respeto, de nuestra responsabilidad, de nuestra solidaridad. Podemos hacer una escuela y una universidad diferente, de docentes, de administrativos, de representantes y comunidad que tengan en su horizonte los intereses de la mayoría y la construcción y vivencia de la genuina democracia.

La segunda dimensión de una educación de calidad es Enseñar a Aprender.

Educar no es transmitir paquetes de información para que los alumnos memoricen, sino provocar las ganas de aprender, hacer que los alumnos sientan interés de aprender y que sean capaces de comprender analizar la información que necesitan. De nada sirve llenarlos de informaciones inútiles que no vayan a ser capaces de comprender y que solo les sirva para memorizar, ya que no queremos convertirlos en máquinas memorizantes de conceptos, términos y palabras que con frecuencia ni siquiera entienden, sino convertirlos en seres que tengan la capacidad y la habilidad de buscar, comprender y analizar la información y la puedan devolver en forma personal y coherente. Esto nos supone en el desarrollo de las destrezas básicas: lectura, escritura, expresión oral, escucha, informática, observación, estimación, cálculo, pensamiento, ubicación en el espacio y en el tiempo, es decir destrezas lingüísticas, matemáticas, tecnológicas y científicas, tales destrezas los ayudaran a aprender dentro y fuera del sistema educativo.

La Educación que enseñe a Trabajar y a valorar el Trabajo y al Trabajador, era la tercera dimensión que con mayor esfuerzo quería impulsar Rodríguez y quizás la que le trajo más problemas y dificultades, por parte de la sociedad, ya que no estaban dispuestos a enviar a sus hijos a escuelas donde se le ponía a trabajar, de ahí gran parte de los fracasos de Rodríguez, que nunca renunció a su propuesta educativa, de unir la instrucción académica con el aprendizaje de oficios mecánicos y agrícolas, es decir la creación de escuelas-talleres. Toda su vida fue promotor de unir la escuela y el trabajo. Por ello cuando regresa a América en 1823, establece una escuela en Bogotá (Colombia) donde los estudiantes además de formarse intelectualmente y aprender a vivir en sociedad, debían aprender un oficio mecánico, pero la aristocracia de la capital neogranadina no estaba preparada para aceptar las ideas sobre la educación que busca introducir al trabajo. Escandaloso le debió resultar el nombre de "Casa de Industria Pública", en vez de escuela o colegio. Así el proyecto fracasa, como también el que emprendió en Chiquisaca años más tarde.

Rodríguez insistió con renovada pasión en la necesidad de una educación práctica, útil, que remedie necesidades concretas, en conclusión una educación de calidad.

El legado del gran maestro Simón Rodríguez sigue presente en la cultura y educación venezolanas, una muestra de ello es la Universidad Nacional Experimental Simón Rodríguez, que nació con el Núcleo de Caricuao en octubre de 1971.

También hay que destacar la Misión Robinson que fue creada en honor al maestro Rodríguez, durante el mandato del presidente Hugo Chávez con el fin de erradicar el analfabetismo en el país.


Jorge Marval

Este ensayo se realizará sobre las ideas de uno de los prócer que tubo que ver en la vida de nuestro Libertador Simón Bolívar, el Gran Maestro SIMON ROGRIGUEZ ya que fue un ser quien ayudó en su formación y educación desde muy joven.

Figura fundamental de las primeras luces del pensamiento latinoamericano. Ver como se preocupaba no por enseñar solamente, sino por que se instruyeran muchos otros, también se vera la diferencia entre el bien particular y el bien común, como se aprendió a conocer la educación republicana para ese entonces, y no con tan solo eso, se dio a conocer la magnifica educación hoy día. También podremos observar las costumbres que forman una educación social y que producen una autoridad pública, no una autoridad personal.

Las ideas educativas, pedagógicas del Maestro Rodríguez, son planteamientos de posibilidad para el empoderamiento colectivo, para transformar y para la conquista ideológica y pedagógica del país, debido a que a través del discurso educativo, pedagógico se produce conciencia colectiva, orientada a la búsqueda de producir felicidad socio educativa, ideológica y política. No es retorica, ni mito o leyenda estas ideas, pero si son transversales al acontecer educativo, político, social, cultural e histórico en Venezuela, el cual impacta y trasciende latitudes. Sí, la deuda con el maestro esta iniciándose por formar pueblo, por crear una mentalidad. vamos a formar ciudadanos de un país en crecimiento, vamos a convertirlos en la gente capaz de realizar esa República, en la escuela, dar medios de adquirirla, tiempo para adquirirla, y obligar a adquirirla.

Evidentemente, estas ideas, las desarrolla el maestro, tomando en cuenta el contexto histórico del momento y lo relaciona estrechamente con los factores políticos, sociales, filosóficos y económicos; todo girando en torno a sus ideas republicanas. 

Estas ideas en la actualidad cobran vigencia y reclaman su aplicación, en particular educación popular, cuyo objetivo es instruir y acostumbrar al trabajo, para hacer hombres útiles y construir una mejor patria con nuestros propios habitantes de forma real y especifica. 

En los ejes integradores del diseño curricular de nuestro sistema educativo, al establecer el trabajo Liberador, que es fundamental en y para la comprensión de la función social de la educación. Todo ello, exige a la instituciones promover el vínculo entre la teoría y la práctica, desde una perspectiva social; en este contexto, debe existir una unión entre la educación y el trabajo como una dimensión humana, que lleve a reflejar desde la praxis, el modelo de sociedad productiva y solidaria. Entonces, estos son los caminos a recorrer, con las ideas de Simón Rodríguez, cabalgando por todos los rincones venezolanos, fraguando esperanzas y forjando futuros de manera original, tal como fue su sueño.



¿Dónde iremos a buscar modelos? La América Española
es original?. Original han de ser sus Instituciones
y su Gobierno. Y originales los medios de fundar
unas y otro. O inventamos o erramos.
SIMÓN RODRÍGUEZ


Javier Gutierrez

Este ensayo se basa en el pensamiento liberador y transformador del gran Simón Rodríguez, maestro y forjador del libertador de América Simón Bolívar. Siendo uno de los intelectuales de América más importantes de su época pero olvidado a través de los años, pero una vez rescatadas sus ideas por nuestro máximo líder y presidente eterno se convierte en una de las tres raíces fundamentales de la revolución bolivariana. A través de sus ideas educativas y sus métodos de enseñanzas logra desarrollar el concepto de EDUCACION POPULAR el cual hoy en día despierta iniciativas que se manifiestan por las escuelas, calles, campos y fabricas que plantean un modo distinto de hacer educación y formación desde la ciudadanía y que lejos de impulsar la visión capitalista con sus horarios, currículos y otras características de la educación burguesa, buscan poblar y dar elementos interesantes para el desmontaje de un sistema educativo burgués.

Simón Rodríguez declaro el firme reconocimiento de la igualdad fundamental de los seres humanos. Es por eso que a través del pensamiento del Gran Maestro se reafirma aun mas que la educación latinoamericana y sobre todo la venezolana debe tener como núcleo organizador, y como sustento, a la que antes de llegar esta revolución fue población pobre marginada y excluida, y a la cual se considera con las mismas dotes intelectuales y con los mismos derechos al acceso a la educación que al resto de los habitantes. Los negros, los indios, los pobres, los que no tenían condiciones legales para ser electores ni candidatos a ser elegidos por falta de instrucción, a través de ellos se construye la base de un sistema educativo que se enmarca en un modelo de democracia participativa y socialista que el maestro de Bolívar soñaba popular y para todos los pueblos de nuestra América.

Simón Rodríguez considera que para el sostenimiento de una América original se debe contar con recursos humanos, bien formados y orientados en promover una creatividad para mantener esa peculiaridad del continente, para lo cual propuso un modelo educativo, el que además de ser innovador en el plano de la enseñanza-aprendizaje esté orientado a la formación de recursos humanos calificados, destinados a insertarse en el ámbito de la producción y del desarrollo de las naciones latinoamericanas.

Fortalecer al pueblo, es el propósito, como sujeto propulsor de su propio crecimiento y para ser el basamento de una sociedad industriosa, es por ello que hoy el genio de Simón Rodríguez se ve animado por el ensayo social que se lleva a cabo en nuestra patria y en toda América del Sur. Sus ideas están plenamente vigentes, sobre todo tratándose de un hombre que nunca detentó las armas, pero que fue impactante con su pluma. En los actuales tiempos, de un mundo globalizado y de pleno liberalismo, su pensamiento libertario se centra esencialmente el respeto por la dignidad de la persona humana, principio éste que hoy marcan la cardinalidad de la Revolución Bolivariana de Venezuela, el cual se opone intransigentemente al capitalismo salvaje que no se detiene ante la expoliación de los pueblos, explotación de nuestras riquezas naturales y que va difuminando nuestra idiosincrasia con modos, usos y costumbres que provienen desde el centro del imperio económico.



"Nadie hace bien lo que no sabe; por consiguiente nunca se hará

República con gente ignorante, sea cual fuere el plan que se adopte".
SIMÓN RODRÍGUEZ



Beira Vargas

Simón Rodríguez el maestro, pero no solo de bolívar, sino de la patria y el continente porque fue dejando su huella libertaria y socialista a través de la educación que impartía, educación para el trabajo para la superación de los pueblos fundamentado en la división del trabajo y el desarrollo de la conciencia socialista. Hombre rebelde y socialista, así reconocido por sus ideas libertarias que para su época no era posible desarrollar, pero que era necesario fundar, ya que las masas se movían por intereses, siendo esclavos de procesos que no les permitía pensar y buscar su razón de ser como hombre, siendo la educación quien podía despertar en él el espíritu luchador y buscar su propia libertad.

Personaje que hoy es referencia como todos los que lucharon por una patria libre y que hace falta profundizar, que fueron escribiendo la historia que nos llama a seguir luchando como todos ellos, que dieron su vida porque tenían conciencia del papel que les correspondía en la historia, la que hoy nos lleva a reflexionar que hacemos en función de continuar, de no olvidar y no perder las batallas ganadas por una patria libre y socialista. Nos toca aportar a esa patria socialista de la que por décadas se ha hablado pero que es necesaria sentirla. Las ideas de rodríguez aún tiene vigencia, porque no se ha logrado cambiar el modelo educativo y que es la realidad de nuestra gente quien lo dice, en la que el gobierno bolivariano ha insistido y creado los procesos que nos ayude a pensar y reconocer lo verdaderamente importante, que no es el fin sino el medio para lograrlo a través de la educación popular y vivir mejor bajo procesos socialista, humanista y de igualdad. No debemos desmayar, debemos seguir luchando y aportar a la sociedad que queremos bajo los valores socialistas de los que hablaba Simón Rodrígues que pudo absorber de los pueblos la esencia de la educación, que desde sus tiempo sabía que la educación debía ser para el avance y la libertad y no para crear esclavos. Buscando siempre la igualdad de los pueblos, donde todos pudieran estar sin discriminación ni intereses.

Hoy en día se visualiza el esfuerzo de ser iguales y desarrollarnos como persona buscando aquello que es necesario y que lo podemos hacer cuando se tiene la conciencia del objetivo a alcanzar e ir trabajando para ello porque aunque nuestros ojos no observen los frutos de nuestros esfuerzos queda la satisfacción de haber sido diferentes y por eso es que somos reconocidos, no por ser iguales y no hacer nada diferente, sino referencien a todos nuestros luchadores que se atrevieron y sus logros es de los que gozamos hoy y que el gobierno revolucionario se ha preocupado por estudiar, por conocer la verdadera historia y de continuar con el modelo educativo práctico de Simón Rodríguez porque el ser se va creando en función de la educación que recibe y esa educación debemos garantizar que sea la de la búsqueda de la soluciones para las realidades que viven los pueblos, exijamos, seamos rebeldes y críticos, inculcando los valores socialistas a nuestros hijos, ya que de allí dependerá que sean protagonistas o participantes de un proceso que no comprenden y por la cual no se esfuerzan.


Jonas Larez

Hablar de Simón Rodríguez o “Samuel Robinson” como también fue conocido es hablar de las bases de un ideal libertario, son muchos los méritos; educadores, filosóficos e idealistas que hoy lo hacen ser parte del árbol de las tres raíces en el cual se afianza nuestra revolución, la cual se desarrolla como un bello fruto en este mismo árbol. 

Su historia, su vida, su obra y su legado fueron encarnados por nuestro Libertador Simón Bolívar al enseñarle que la libertad seria la consecuencia de una justificada lucha revolucionaria contra el colonialismo del imperio español y a quien conoció en la Escuela de Lectura y Escritura para Niños. Fue allí donde desarrollo lo que debería ser el modelo educativo de las naciones americanas y ese mismo espíritu rebelde lo que lo llevo a librar sus propias luchas revolucionarias en muchos países, como su colaboración en la conspiración de Gual y España contra la corona española en 1797, también fue testigo de la Revolución Francesa y la coronación de Napoleón Bonaparte en 1799. 

Fue ese espíritu aventurero e innovador, como también su sentido de la justicia social e igualdad lo que lo llevo a marcar las bases de la educación que recibiría el Libertador, siendo así, uno de los precursores de una educación de carácter popular y retroalimentaría y desechando las metodologías inútiles que modelaban a los individuos fieles a la corona de aquella época. 

Este mismo espíritu rebelde fue lo que lo llevo a irse de Venezuela debido a la persecución de la colonia española, erradicándose por un tiempo en la ciudad de Kingston, Jamaica, en donde cambio su nombre por el de Samuel Robinson. 

No hay mejor evidencia de su carácter socialista que lo escrito en una de sus notas: “Permanecí en Europa por más de 20 años; trabajé en un laboratorio de química industrial […]; concurrí a juntas secretas de carácter socialista […]. Estudié un poco de literatura, aprendí lenguas y regenté una escuela de primeras letras en un pueblecito de Rusia. “ 

Es en 1823 cuando regresa nuevamente a América usando nuevamente el nombre de Simón Rodríguez, para dedicarse a lo que más amaba, su pasión; enseñar, estableciendo su primera escuela-taller en 1824 y continuando su labor de forjar nuevas mentes hacia los ideales patriotas y libertarios. Tiempo después, entre tantos viajes, luchas y pensamientos, escribiría en su trabajo Sociedades Americanas una de las frases claves más utilizada por los revolucionarios de hoy en día: “La América española es original, originales han de ser sus instituciones y su gobierno, y originales sus medios de fundar uno y otro. O inventamos, o erramos.” 

Simón Rodríguez, Samuel Robinson, tal vez no tuvo padres conocidos según su acta de nacimiento y matrimonio, solo de crianza, aunque hoy en día son muchas la pistas que llevan a especular sobre sus progenitores, aun así, fue su espíritu de lucha, su pensamiento libertario, su corazón revolucionario y su carácter socialista lo que no nos deja duda de su amor por su madre, la Patria.


Carmen Macayo

Simón Rodríguez fue Pedagogo, pensador filosófico, escritor de densas obras de contenido histórico y sociológico, y conocedor a fondo de la sociedad hispanoamericana. Fue uno de los intelectuales americanos más importantes de su tiempo, destacando por su profundo conocimiento de la sociedad , el cual posteriormente trasmitirá a Simón Bolívar al desempeñarse como su maestro y mentor.

Rodríguez pasó su vida enseñando luchando por cambiar el sistema educativo de Venezuela y América, que estaba aún bajo los vicios y mentalidad colonial, aunque ya vivíamos en una América libre. No pudo cambiar las cosas, sus ideas y pensamientos son de nuestro tiempo porque fue pronunciada con una carga de porvenir que solo podía nacer de un profundo conocimiento de las necesidades de su tiempo. 

Rodríguez quería que la educación, en Venezuela y América, se impartiera con calidad, en torno al desarrollo personal de los individuos, su capacidad de comprender y analizar la sociedad en la que viven, su desarrollo humano y personal en el contexto del desarrollo social y comunitario inspirado en principios y valores como la igualdad, la equidad, libertad, emancipación social y humana. Una educación que permita a cada uno desarrollar a plenitud sus talentos y construirse como persona y ciudadano solidario y productivo. Que le enseñe a ser, a convivir, a aprender y a trabajar. En fin, una educación que le enseñe a cada individuo crecer y desarrollarse como persona y a preocuparse por su entorno social, que le enseñe los valores y principios de su sociedad. Formar individuos que enfrenten al mundo valiéndose de sus destrezas y habilidades. Formar personas pensantes que no se valgan solo de la memoria y por ultimo que se les enseñe a trabajar y a valorar su trabajo. Y con estas bases se contrita una genuina Educación de Calidad.

Si hay alguien a quien se le deba agradecer parte de nuestra historia es a este ilustre Simón Rodríguez, pues no solo fue el maestro más influyente de nuestro libertador sino que además representó uno de los más grandes intelectuales americanos de su tiempo. 

Hoy en día los pensamientos de este célebre educador siguen en pie, ya que la educación es la base de una sociedad. El mismo Rodríguez dio ejemplo de sus ideas con su propia vida y nunca desdeñó el trabajo. Para sobrevivir, cuando no conseguía trabajo como maestro, se ocupó en los oficios más humildes como fabricar velas o jabones, y durante su larga vida repitió una y otra vez: “Yo no pido que me den, sino que me ocupen, que me den trabajo. Si estuviera inválido, pediría ayuda. Sano y fuerte debo trabajar. Sólo permitiré que me carguen a hombros, cuando me lleven a enterrar”


“Enseñen, y tendrán quien sepa; eduquen, y tendrán quien haga.”


Joel Esparragoza

El siguiente documento expresa un análisis de los ideales que fundamentan la enseñanza del Gran Maestro SIMóN ROGRíGUEZ, hombre de pensamiento tan grandioso que logró influir tanto en la vida de nuestro héroe Simón Bolívar que este llegó a ser el Libertador de América.

SIMÓN ROGRÍGUEZ es efigie fundamental de las primeras luces del pensamiento latinoamericano; como pedagogo y filósofo venezolano fundamentó las costumbres que forman una educación social y popular, originando así una autoridad pública y suprimiendo la autoridad personal; preocupándose no solo por enseñar, sino por el instruir e instruir colectivamente, evidenciando la diferencia entre el bien particular y el bien común, lo que produjo una revolución en la educación de aquel momento, y contribuyó a la educación de hoy en día.

Siendo muy joven, Simón Rodríguez evidenció su gran vocación; desempeñándose como maestro en la ciudad que lo vio nacer cuando apenas tenía 21 años de edad. Es aquí donde conoció, entre sus muchos discípulos, al niño Bolívar, que para entonces contaba con tan solo nueve años de edad. La enseñanza a sus pupilos basada en los principios de las lenguas española y latina, aritmética e historia, venía acompañada de sus ideales de libertad. Logró exponer sus reflexiones sobre los problemas notables de la escuela de primeras letras de Caracas, proponiendo una forma de lograr su reforma. Se trataba de una expresión crítica de la enseñanza colonial.

Son fundamentales los razonamientos sobre la concepción de la educación social sugeridas por el maestro Simón Rodríguez en las que extiende la visión de sus ideales pedagógicos inherentes al saber democrático, donde determina la igualdad y la libertad. Muchos creen, y comparto esa opinión, que Rodríguez haya sido el primero en hablar de la profunda vinculación existente entre la escuela y la sociedad, o lo que es igual, la escuela en función social; dando como resultado entrecruzar armónicamente la docencia y el aprendizaje de oficios, ayudando a las personas en aminorar sus dificultades y mejorar sus condiciones de vida.

Entendiendo esto, tenemos una senda establecida para transitar, con ideas forjadas, pensadas para la transformación social y el desarrollo del hombre, enmarcadas en la transformación hacia una conciencia republicana, y así lograr una sociedad soñada por, como lo dije al comienzo, el Gran Maestro SIMÓN ROGRÍGUEZ.

martes, 25 de noviembre de 2014

FOTOTECA

COMPENDIO FORMATIVO N° 1

Segunda Sesión

Método Orgánico de Trabajo: Asambleas y Reuniones
Herramienta de Trabajo: Hoja de Cálculo












Primera Sesión

Personaje Histórico y Educación Popular










Células de Estudios


Es una unidad de estudio local, enmarcada dentro del Sistema Nacional de Formación Infocentro (Sinafoi). Las células de estudio poseen la capacidad de realizar tres funciones vitales como son nutrirse de conocimientos políticos y tecnológicos, relaciones humanas entre sus miembros y la reproducción de las células de estudio en la comunidad.

La célula de estudio Antonio José de Sucre nace el 21 de Julio del 2014 sus integrantes son el Equipo Político del Estado Sucre de la Fundación Infocentro (Jonas Larez, Beira Vargas, Rosa Rodríguez, David Vera, Ytalo Velasquez, Nailes Gómez, Joel Esparragoza, Javier Gutierrez, Jorge Marval y Carmen Macayo).






martes, 12 de agosto de 2014

Antonio José de Sucre



Antonio José de Sucre nace en Cumaná el 3 febrero 1795; fue uno de los héroes de la independencia latinoamericana más laureados y admirados. Se destacó como militar en las numerosas victorias que logró en los campos de batalla evidenciando su talento innato para dirigir tropas. De esta manera consiguió triunfos fundamentales para liberar al continente del dominio español, siendo la batalla Ayacucho su mayor obra bélica. Como político ejerció la presidencia de Bolivia y se preocupó por los servicios públicos y el correcto funcionamiento de la administración pública. Fue riguroso en el cumplimiento de las penas por crímenes o hechos de corrupción pero fue piadoso y justo con los vencidos.

También impulsó causas relacionadas con la abolición de la esclavitud y un mejor trato hacia los indígenas. Además resaltó como diplomático a la hora de participar activamente en el Armisticio de 1820. Fue una de las figuras más completas de la época independentista. Muere en las Montañas de Berruecos el 4 Junio 1830.